El fotógrafo Fernando Rosa capturó durante dos años cada movimiento de las 150 especies en el Zoológico Nacional de Chile.
por Valentina Bastías Atias
SANTIAGO DE CHILE.- Tras casi cien años de historia del Zoológico Nacional de Chile, los animales cautivos se pasean libremente por su hábitat artificial en una exposición fotográfica que se exhibe con una mirada “extraña y mágica” en el Centro Cultural Gabriela Mistral de Santiago.
El lente del fotógrafo Fernando Rosa capturó durante dos años cada movimiento de las 150 especies que habitan las 4,8 hectáreas del zoológico situado en las faldas del cerro San Cristóbal, para dar vida a la muestra “Panorama: el valor de los animales”.
Según explica Rosa a la agencia EFE, su principal motivación para hacer fotografía de fauna fue la idea de “realizar un trabajo que es recurrente desde el principio de la fotografía, pero no por eso es menos interesante”, más aun cuando los ejemplares están “privados de libertad”.
Rosa es comunicador audiovisual de profesión y fotógrafo por gusto, una opción certera que se deja entrever en su obra monocromática en formato 3:1, donde se aprecia la dificultad de realizar este arte de manera analógica.
“Tuve problemas con el espacio, éste es un zoológico clásico con astantes rejas. Yo uso película, hago un trabajo análogo, y en las fotografías de cerca no utilicé lente. Yo estaba realmente cerca del animal”, señala.
Son 37 imágenes las que componen este recorrido visual, donde se aprecian, además de criaturas salvajes por naturaleza, la arquitectura y los paisajes del Parque Metropolitano de la ciudad, el recinto que alberga al zoo desde hace noventa años.
“El Zoológico Nacional tiene algo de patrimonio y también de mito urbano, se ubica en un lugar muy interesante y es un hito en la historia del país”, relata Rosa.
Sobre la intención de su trabajo y haciendo alusión a las críticas hacia los centros de reclusión animal con fines recreativos, este comunicador piensa que las fotos que a él le conmovieron “es motivar a que la gente pueda conocer estos zoológicos clásicos para cuestionar cosas”.
Sin embargo, éste no es un trabajo de denuncia, sino un registro para la posteridad a través de una “mirada personal”, puntualiza.
“Me interesa todo el tema de los zoológicos y los circos, lugares que antes eran maravillosos y ahora están en tela de juicio”, enfatiza.
Un asunto que despertó su atención fue la idea de “generar preguntas sobre el zoológico, que es público y funciona con los impuestos que pagan todos los chilenos”.
“Debemos tener ojo con todas estas instituciones que financiamos. Ver qué se está haciendo, si el dinero se emplea bien y si se desarrolla el trabajo planteado”, precisa.
Durante su travesía por el zoológico, el artista se enteró de que el parque recibe animales maltratados que no tienen posibilidad de volver a la vida silvestre, además de la existencia de una serie de actividades enfocadas en conservar especies y educar a la comunidad.
En esa línea, Rosa reflexiona sobre la permanencia en el tiempo que tendrán estos lugares, cuyos ingresos provienen en su mayoría del turismo.
“No se sabe hasta cuando van a funcionar los zoos, tal vez en unos años estas fotos serán un recuerdo, como cuando las personas fumaban en los hospitales. Se puede dudar si estos espacios son los mejores o no”.
Al encaminar su proyecto, Fernando se topó con una interesante casualidad: uno de sus antepasados Carlos Reed Rosa, fundó el primer zoológico de Chile a inicios del siglo XX en la ciudad de Concepción.
Reed también fue director del hasta hoy emblemático Zoológico Nacional de Santiago, que abrió sus puertas por allá por 1925 y se encontró con problemas tan parecidos a los que enfrenta la entidad hoy.
“Recién con diez años de funcionamiento, las críticas comenzaron a aparecer en la prensa y le daban duro al zoológico. Decían que los animales estaban mal cuidados y maltratados, como sucede hoy”.
Más allá de su experiencia en este “zoológico atrasado y medieval”, como lo califica Rosa, él ha explorado temas como los paisajes de la Isla de Pascua, las innumerables vistas de Santiago y la vida de los habitantes de Villa Baviera, enclave alemán del sur de Chile cuyos dirigentes colaboraron en torturas y asesinatos de la dictadura de Augusto Pinochet, uno de sus trabajos favoritos.
“Panorama: el valor de los animales”, es una obra que tomó dos años en llegar a puerto y resultó en una muestra fotográfica que retrata la vida de animales en cautiverio desde adentro, más allá de rejas y murallas, donde Rosa pudo constatar que “hay una similitud con la sociedad. Somos inadaptados, encerrados en la tecnología y las normas sociales”.
La exhibición estará disponible en el Centro Cultural hasta el próximo 29 de mayo y posteriormente se realizará un remate a beneficio de un programa para la conservación del cóndor andino de Chile.
EFE.